viernes, 10 de octubre de 2014

Tierras de Frontera: Castelo Mendo.

Durante las vacaciones en Asturias me vi obligado a hacer un paréntesis y dirigirme a la provincia de Salamanca, junto a la zona de frontera de Portugal, más conocida como La Raya. Y estando en tierras rayanas no pudimos evitar poner pie en el país vecino aunque fuera a escasos kilómetros del nuestro. 
La frontera actual data de siglos atrás y se ha mantenido más o menos estable. Sin embargo, durante la edad media la frontera y sus pueblos y castillos fueron motivo de disputa entre los reinos de Portugal, de León y de Castilla. Esto, ha otorgado la actual apariencia defensiva a muchos de los pueblos que podemos visitar en la actualidad, entre ellos los que nos ocupan en las siguientes dos entradas: Castelo Mendo y Almeida.

Castelo Mendo.

El primero de ellos tiene su origen hace muchos, muchos siglos atrás, parece que durante la Edad de Bronce. A tiempos más actuales nos remiten los dos verracos vetones situados en la puerta de la muralla. Recordemos que los vetones fue un pueblo celta prerromano que tuvo su área de influencia en esta zona. Asímismo, se encontraron restos de un campamento romano.

Porta dos Berroes, de la muralla externa, con los dos verracos vetones.

Sin embargo, no fue hasta la Edad Media cuando empezó a adquirir una mayor importancia. Primero fue el rey Sancho II de Portugal, quien en 1229 otorga carta foral y crea una importante feria que se celebraría tres veces al año, y además mandaba construir una primera muralla en torno al núcleo de población. Así, adquiría una gran importancia tanto económica como defensiva en la zona.

Restos de la muralla interior.

Esta primera muralla cuesta adivinarla, excepto en la parte más alta de la aldea, donde se pueden encontrar más restos de las mismas. Justo en ese mismo lugar se sitúa la iglesia de Santa María del Castillo (Santa Maria do Castelo).


Iglesia de Santa María del Castillo.

De esta recinto original quedan pocas construcciones más, generalmente casas de piedra que comporten estilo con las que veremos más abajo. Además, como no podía ser de otra forma, Castelo Mendo se situó en lo alto del valle que forma el río Côa, rodeado de encinas, alcornoques y matorral, en definitiva, lo que conocemos como monte mediterráneo.




Continuando con la historia medieval de Castelo Mendo, el rey Dionisio de Portugal mandaría construir un segundo recinto amurallado, lo cual detona la importancia estratégica de esta plaza. Posteriormente, durante su reinado se firmaría el Tratado de Alcañices (año 1297) en el cual se establecería la frontera entre Castilla y Portugal. A partir de entonces, poco a poco iría perdiendo importancia hasta el punto de que perdería el carácter de capital del concelho.

Iglesia de San Pedro y Peulorinho.

En el segundo recinto amurallado, el exterior y más moderno, se encuentra la mayor parte del patrimonio civil, eclesiástico y militar. Se entra a la aldea por la Porta dos Berroes, la cual conforma una de las imágenes más típicas del lugar. Además, está flanqueada por los dos verracos vetones que mencionaba al inicio de la entrada.



Nada más entrar, nos encontramos con una pequeña plaza, muy fotogénica y que además acoge la iglesia de San Vicente.

Plaza de San Vicente con su iglesia.

En esta misma plaza se observan algunas de las características de Castelo Mendo, como son sus casas de piedra muchas de ellas de origen medieval. Además, podemos ver algunas ventanas de estilo gótico (imagino que manuelino, por eso de encontrarnos en Portugal), lo cual llama rápidamente nuestra atención. Y otra cosa que nos sorprendió gratamente fue la costumbre de pintar puertas y algunos marcos de las ventanas de colores rojo y verde, lo cual contrasta poderosamente con los tonos más apagados de la piedra.





Avanzando por sus calles empredradas, todavía en la muralla exterior, llegamos a lo que debió ser el centro neurálgico, su plaza. Se encuentra la Casa da Câmara, la presión y el tribunal, además de la Iglesia de San Pedro. Sin embargo, lo que más me gustó ya que nunca había visto uno de estas dismensiones fue el Paulorinho (o rollo en castellano).


Iglesia de San Pedro.
Paulorinho.

Con una fotografía de extramuros, donde queda una pequeña ermita, un lavadero, y alguna que otra fuente, me despido hasta la próxima, ya en Almeida.







8 comentarios:

  1. Que bonitos recuerdos del verano, ains. ¡Cuánto nos queda aún por descubrir de Portugal! Castelo Mendo y Almeida han sido solamente el aperitivo :)

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    1. Todavía quedan muchos del verano y los que vamos a ir adquiriendo durante el otoño. Portugal es un país vecino interesante y a la vez desconocido...habrá que ir más.

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  2. También muy chulo tu reportaje sobre la visita portuguesa. Espero que, como se te sugiere aquí arriba, tengáis más interesantes incursiones conociendo a nuestros vecinos.

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    1. Muchas gracias. Todavía queda Almeida, y espero que otros puntos en un futuro.

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  3. Muy interesante esta incursión en Portugal. Yo solo conozco Campo Maior y Évora y tengo muchas ganas de volver.

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    1. No estuvo mal pese a lo breve que fue. Pues ya sabes, a ir más a Portugal, que a ti te pilla cerquita (y a mostrarlo en tu blog).

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  4. Una vez más vuelves a enseñarnos lugares excepcionales para visitar y disfrutar de nuestra geografía. La verdad es que es de agradecer que des a conocer estos lugares tan maravilloso.
    Saludos

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    1. Muchas gracias.
      Aunque en esta ocasión hayamos tirado hacia el país vecino, Portugal, los pueblos y la geografía física no son tan diferentes con los de España, ya que ambos países forman parte de la misma península.
      Espero mostraros lugares igualmente bonitos, y especialmente que vayáis.

      Un saludo.

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