jueves, 28 de febrero de 2013

Nuevo blog.

Llevaba tiempo pensando en escribir una serie de entradas en el presente blog sobre mi zona de campeo y la fauna que aquí se puede avistar. Sin embargo, he visto que con el material acumulado y con el nuevo que espero conseguir creo que es mejor abrir un nuevo blog que trate sobre ello sin traicionar la esencia de "Relatos de una cámara".

Os dejo el enlace de acceso para el nuevo blog:


Espero que os guste y disfrutéis con él.



Cardeña y Azuel.

A los que entren en la provincia de Córdoba desde Ciudad Real verán un primer pueblo blanco antes de sobrepasar el límite autonómico, se trata de Fuencaliente. Pero no será hasta llegar a Azuel cuando estemos en la "Puerta de Andalucía", como ellos mismos la consideran.

Azuel.

 Ante nosotros tenemos el primer pueblo blanco andaluz. Como cabría esperar, sus casas de fachadas blancas se asientan sobre un pequeño cerro (sobre todo si lo comparamos con Sierra Madrona). Este cerro, donde se encuentra el Mirador de los Tomillos, condiciona el crecimiento de Azuel, ya que casi todas las calles van en su dirección.

Calle de Azuel.
 
Y dado que hacia allí nos llevan, deberíamos subir hasta el mirador para ver una espectacular panorámica, con unos pocos olivares en primer plano, más lejos la dehesa cordobesa, y Sierra Madrona al fondo.

Olivares, encinares y la sierra.

Este pueblo, para nada preparado para el turismo, conserva su lado más rústico, y gracias a ello su belleza original. Salvo la sencilla Parroquia de San José, poco más podemos ver en esta localidad.

Azuel con Sierra Madrona al fondo.

Donde si encontraremos una iglesia de mayores dismensiones e importancia será en Cardeña. Se trata de una iglesia bastante moderna, de mediados del siglo XX, pero siguiendo los cánones marcados por el Barroco. Aunque hay que decir que esta iglesia no desentona para nada con la sencillez del resto del pueblo.
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Cardeña).
 
En el resto del pueblo, tan blanco como Azuel, podremos observar la arquitectura civil típica que observé de Los Pedroches. Casas bajas de fachadas blancas y zócalos del granito tan abundante en esta comarca, formando largas hileras.

Cardeña
 
En fin, aunque nos puedan parecer dos localidades muy sencillas (y lo son), si queremos visitar pueblos andaluces lo más originales posibles, aquí tenemos dos. Además, no estaría de más dar un paseo por sus dehesas e incluso pararse a comer: las chuletillas de lechón fritas son sus especialidad.

Calle de Azuel.
Calle de Cardeña.


miércoles, 20 de febrero de 2013

Por la dehesa cordobesa.

Hace tiempo que queríamos ir a visitar a Carlos. Para ello nos teníamos que desplazar al sur (al contrario de lo que solemos hacer), e ir a Andalucía. Este año está viviendo en la zona de Los Pedroches, famosa por sus dehesas y la Denominación de Origen Protegida que tienen para su jamón ibérico.
Íbamos allí, tanto Mis Cosines como yo, con la idea de conocer la capital de la provincia, pero también con muchas ganas de visitar la dehesa. Y de allí hemos vuelto muy contentos y con una ligera idea de lo que supone la dehesa, para sus habitantes, para el paisaje y para la fauna.



La dehesa cordobesa se sitúa en plena Sierra Morena, en la comarca conocida como Los Pedroches. Pero siempre en terrenos cuyos desniveles son poco pronunciados, muchas veces asemejándose más a un terreno llano que montañoso. Además, la dehesa desaparece rápidamente de aquellas zonas más abruptas provocadas por el paso de los ríos, zonas ocupadas por el conocido como bosque mediterráneo.







Valle del río Arenoso (Cardeña).
Aldea del Cerezo con Sierra Madrona al fondo.


Pero no hay que olvidar que para su formación ha sido igual o más imporante la mano el hombre que de la propia naturaleza, sobre gracias al aprovechamiento forestal y agroganadero durante siglos de un terreno considerado pobre. Aclarado, reforestación, sustitución de especies, cultivo del suelo, eliminación del matorral y otros procesos han sido de gran importancia para su constitución.



Al final de todo ello, nos queda la dehesa. Con un primer vistazo todas nos pueden parecer iguales. Y no es para menos, siguen un patrón bastantes marcado: un primer estrato herbáceo o cultivado sobre el cual crece un segundo estrato de arbolado más o menos disperso.




Este aspecto sería el de las dehesas de aprovechamiento ganadero (el principal en la mayoría de ellas) y forestal. Sin embargo, la cosa empieza a cambiar en aquellas que presentan pendientes más pronunciadas, que estén abanadonadas, o bien, al dedicarse a prácticas cinegéticas. En este tipo de dehesas crece un tercer estrato arbustivo, formado por jaras, tomillos, cantuesos, aulagas, e incluso madroños, cornicabras, lentiscos, etc.




Como ya dije anteriormente, el principal aprovechamiento económico en la actualidad es el ganadero. Ganado porcino, reses de lidia, ganado ovino y vacuno, además de algunos caballos, asnos y burros, se encuentra con facilidad en este entorno.
Con la ya conocida DOP Los Pedroches podríamos pensar que aquello está lleno de cerdos ibéricos. Y la verdad es que los hay, y muchos.



Pero también nos encontramos numerosos rebaños de diferentes razas de ganado bovino, siendo el más representativo el de vaca Retinta, aunque también se encuentra alguno que otro de toro de lidia o charolesa.




Fue junto a las vacas Retintas donde pudimos disfrutar de la dehesa desde su interior, junto a una enorme charca que nos dio mucho juego para conseguir las mejores fotografías.




Salvo en esta ocasión, siempre teníamos que ver la dehesa desde fuera, utilizando las carreteras y los caminos de uso público. Aún así, el paisaje nunca defraudó.



Además, desde fuera se podían observar las pequeñas diferencias de las dehesas según su uso. Así, cuando se quiere alimentar a los cerdos la densidad forestal es mayor y se realiza un desmoche periódico con el objetivo de obtener mayor cantidad de bellotas.
Mientras que cuando se destina para ganado vacuno y ovino es mucho más imporatante el pasto, por lo que es más intenso el aclarado.




No hay que olvidar que este sistema agroganadero, que actualmente vemos tan natural y ecológico, debe su conformación a la mano del hombre. Sin embargo, las especies salvajes también han sabido aprovecharse de este ecosistema.




Posiblemente la especie más representativa y adaptada durante sus visitas invernales sean las grullas que vienen hasta aquí en busca de la bellota. Además, gracias a sus vuelos, a la formación de grandes bandos para comer y dormir y a sus característicos trompeteos animan estos parajes.




Para finalizar, debemos agradecer a Carlos que nos mostrara este paisaje tan diferente para nosotros, además de la gastronomía con sello de calidad que se produce en la misma dehesa que nosotros visitamos.




P.D: recomendable pinchar sobre las fotografías para verlas más grandes y con mayor calidad.





lunes, 11 de febrero de 2013

El encinar.

Este pequeño encinar, que ocupa unas pocas hectáreas en medio de los vastos campos de cereales, es lo más parecido que tenemos a las dehesas del sur de España.





Sin embargo, en un tiempo no muy lejano espero descubrir la verdadera esencia de la dehesa, con sus cerdos de raza ibérica y las vacas retintas, y quién sabe, los toros de lidia. Lo que seguro que no faltarán serán los cérvidos, y con un poco de suerte, algún bando de grullas preparándose para su migración al norte de Europa.