viernes, 22 de agosto de 2014

Pueblos de Redes: Campo de Caso, Bezanes y Ladines.

Hace tiempo que fuimos a visitar algunos pueblos en los concejos de Laviana y de Sobrescobio, por aquel entonces teniendo mi primer contacto con la Cordillera Cantábrica (excepto cuando subí a los lagos de Covadonga con mi familia). De aquello ya han pasado varios años y estamos más curtidos en cuento a montaña se refiere.
En esta ocasión, tenemos pensado subir un poco más por aquella carretera, hasta el puerto de Tarna. El día no acompaña para el disfrute de la naturaleza, así que preferimos visitar algunos de los pueblos que se suceden desde Rioseco hasta el mismo puerto.



El primero de ellos fue Campo de Caso, villa y capital del concejo de Caso. Allí se encuentra el Centro de Recepción e Interpretación de la Naturaleza, del Parque Natural del Redes. Pero en esta ocasión no toca disfrutar de la naturaleza si no de nuestro patrimonio rural.


Aunque a primera vista, desde la plaza del ayuntamiento podría parecer que Campo de Caso presenta un entramado muy urbano, no deja de ser un lugar rodeado de montañas, donde la minería no tuvo tanta importancia como en otros concejos cercanos, siendo la base de su economía, tanto del pasado como del presente la ganadería.



De ello, las muestras más representativas en el propio pueblo están en las cuadras, de dos plantas. En la baja se encuentra o se encontraba el ganado, mientras que en la de arriba se guarda el alimento de los animales. Algunos de ellos muestran que aún siguen en uso.
Imagino que la vaca asturiana de las montañas o casina tendrá algo que ver, especialmente en lo que tiene que ver con el queso casín (DOP), el cual se elabora en los concejos de Caso, Sobrescobio y Piloña. Yo no puedo hacer otra cosa que recomendárselo a toda aquellas personas que les gusten los quesos maduros (muy "fuertes").



En las afueras, entre dedaleras y otras floras, y junto a una pumarada, se encuentra el lavadero.

 
 
Desde allí subimos al puerto de Tarna, a 1490 metros de altitud. La niebla que empezaba a descender justo en nuestra subida hacia allí no recomendaba que nos entretuvieramos mucho por allí, por lo que una vista rápida hacia la vertiente leonesa y vuelta al coche para bajar a nuestro siguiente destino.



El siguiente destino fue Bezanes, también en el concejo de Caso. El aspecto es todavía más rural que el de Campo de Caso, siendo de destacar las muchas huertas que acompañan a las viviendas.


 
También podemos encontrar paneras y hórreos, los cuales comparativamente escasean en la capital del concejo (aunque los hay), además de otras construcciones relacionadas con el medio agrario y ganadero.
 


 
Sin embargo, esta aldea en particular y todo el concejo sufre también el descenso poblacional relacionado con el éxodo rural de mediados del siglo XX y del envejecimiento de la misma en la actualidad. Es el precio que están pagado al situarse entre montañas, lo cual otorga al entorno un paisaje precioso, pero menos oportunidades.
 

 
Esperemos que poco a poco vaya ganando protagonismo el turismo respetuoso con el medio ambiente, y no sólo en otoño para ver hayedos y otros bosques cuando presentan miles de tonalidades, lo cual suponga una ayuda extra para esos ganaderos productores de quesos tan exquisitos.



De momento, existen numerosas rutas de mayor o menor dificultad para disfrutar del Parque Natural de Redes, aunque como mencioné en un principio no pudimos en esta ocasión realizar ninguna, preferimos visitar los pueblos desde donde parten muchos de estos caminos.


 
Finalmente estuvimos en Ladines, situado en Sobrescobio. Sobrescobio también se trata de un pueblo ganadero integrado en el Parque Natural de Redes, y además fue premiado en 2009 como Pueblo Ejemplar de Asturias (Comunidad Vecinal de Sobrescobio).
 
 
Ladines, al contrario de Campo de Caso y Bezanes, si sitúa en la ladera de la montaña, dominando el valle del río del Alba de forma que se observa muy bien Soto de Agues y otros lugares en los que estuvimos hace ya varios años.


 
La aldea está muy bien cuidada, como no podía ser de otra forma en este concejo. La situación, los hórreos y paneras, las huertas, junto a las casas de piedra de dos plantas, algunas de las cuales con corredor en la superior, hacen de este lugar uno de los más bonitos, y a su vez desconocidos, de la zona.



 
Os dejo con una última fotografía que me gusta mucho, de las madreñas junto a una de las flores decorativas más típicas de Asturias, las hortensias.







miércoles, 6 de agosto de 2014

Recorriendo sitios conocidos de Asturias.

Como en los últimos años, he pasado varias semanas en el concejo asturiano de Villaviciosa, disfrutando sus paisajes, pueblos y gastronomía. Y como no puede ser de otra forma, os lo iré mostrando a través de este blog.
Durante este periodo vacacional he podido pasarme de nuevo por algunos lugares de Villaviciosa y de sus alrededores, pero también he descubierto otras parroquias, además de haber hecho excursiones más largas tanto dentro como fuera del Principado.
En esta primera entrada de la temporada voy a enseñaros aquellos lugares a los que he vuelto por diferentes motivos, aunque el principal es claramente mi gusto hacia ellos. De hecho, aquellas personas que visitan el blog desde hace años tal vez reconozcan muchos de ellos, ya que todos han salido aquí.



Empezamos por la parroquia de Camoca. La primera vez que vinimos fue el verano pasado, cuando subimos al Alto de la Campa. Entonces quedamos prendados de este privilegiado y tranquilo lugar que se encuentra entre montes con sus prados y huertos.



Como en la anterior ocasión, empezamos por la iglesia románica de San Juan Evangelista de Camoca, la cual data del siglo XIII. Desde allí seguimos por la carretera hacia el norte (justo la contraria a la tomada el verano pasado) observando los muchos árboles que en esta época se encuentran cargados de diferentes frutos. 



En esta zona de Asturias en general y de Villaviciosa en particular exista una densidad elevada de templos románicos, especialmente de estilo más rural como este ejemplo de Camoca. También tuvimos ocasión de pasarnos a ver dos muestras más del románico maliayo. En concreto el primero fue San Julián de Cazanes, el cual data del siglo XII. Ya había ganas de pillarlo en un día despejado, ya que anteriormente siempre habíamos ido bajo la lluvia. Sin embargo, el resultado fotográfico no le hace mucho honor.



Y cómo no, no podíamos dejar de pasarnos por la iglesia de San Juan de Amandi (siglo XIII) desde mi punto de vista uno de los más bellos exponentes del románico de este concejo, con sus numerosos motivos ornamentales tanto en el interior como en el exterior. Desde mi punto de vista sobresalen las dos portadas, especialmente la occidental con su gran elegancia, todo ello rematado por un pórtico del siglo XVII.



Pero bueno, estamos en verano y apetece acercarse a la costa, especialmente en aquellos días que hace sol. Para ello vamos en paralelo a la ría de Villaviciosa, llegando hasta El Puntal, el cual presenta un buen ambiente veraniego y una luz que le da un bonito tono azul intenso al agua.




En El Puntal se encuentra un pequeño puerto de recreo, pero es en Tazones donde se encuentra el puerto pesquero del concejo. Y al puerto le acompaña un pequeño pueblecito de pescadores, Curiosamente, este punto tiene una importancia histórica mayor de la que pensamos, ya que parece que fue aquí donde desembarcó Carlos I en la primera ocasión que vino a España desde Flandes, quedando un tanto perplejo de las tradiciones populares de la época.



Y justo encima, en la aldea de Villar, se sitúa el faro de Tazones. Se trata de un buen lugar si uno busca panorámicas de la costa oriental de Villaviciosa, e incluso se vislumbra el cercano faro de Luces cuando la visibilidad es buena, además de los más cercanos monte Rodides y su playa.



Quitando aquellas vistas, no recordaba muy bien aquella aldea. Sin embargo, en esta ocasión me gustó mucho. Pese a situarse tan cerca a uno de los puntos más turísticos de la zona, el ambiente es mucho más agroganadero del que cabría esperar, con sus pequeñas explotaciones de frisonas, los pastos y plantaciones de maíz, alguna que otra huerta, y alguna facina que resiste todavía a las pacas de heno (plastificadas o no).




Y de la tranquilidad del campo al bullicio de la ciudad. Alguna tarde hay que pasarla en Gijón, y desde luego ir por el muro hasta el Rinconín. Es uno de los paseos marítimos más agradables de recorrer, ya que presenta un ambiente muy bueno que comparten paseantes y pescadores.




En esta ocasión llegué hasta la punta Rosario Acuña, quedando La Providencia para otra ocasión.



Estos son algunos de los lugares que ya habíamos visto y que por su belleza y los recuerdos que nos traen decidimos volver hasta allí. De Asturias habrá mucho más, desde la costa a la montaña, en las próximas entradas en este blog.