viernes, 20 de septiembre de 2013

Pajareando en verano: Hoces del río Duratón.

A principios del mes de agosto, aprovechando un día entre semana en el que bajarían las temperaturas en Castilla y León (y por lo tanto, evitando el calor y la aglomeración de turistas) decidí acercarme a las Hoces del río Duratón, en la provincia de Segovia.
Ya había estado por allí en varias ocasiones, la anterior fue en el puente de mayo de 2012 con unos amigos y la excursión no es que saliera del todo bien debido a las malas condiciones climatológicas.



Volvía allí con la idea de observar y sacar mis propias fotografías de aves rupículas, en especial del alimoche y del roquero solitario (al que no había tenido oportunidad de ver con anterioridad) y posteriormente ir al bosque de ribera para observar otro tipo de aves. También tenía la vaga y lejana esperanza de ver a la alondra ricotí o alondra de Dupont por los páramos que se encuentran a ambos lados del camino que va hacia la ermita de San Frutos (adelanto ya que no la vi).

El primer lugar al que fui era la ermita de San Frutos, para así intentar aprovechar el momento en el que los buitres leonados se lanzan al vacío para alzar el vuelo. Mientras iba en el coche desde Sepúlveda hasta Villaseca vi milano negro, alcaudón común, y corneja o cuervo (no pude mirar bien). Ya en el camino de tierra que sale desde Villaseca , yendo a un ritmo mucho más lento y pudiendo detenerme con seguridad, conseguí ver a mis primeros dos alimoches del día, pero estaban muy lejos de allí. Desde luego la cosa empezaba interesante, al menos para mí. También en el camino conseguí ver cogujadas, muchos alcaudones comúnes, collalbas grises y bisbistas campestres, pero ni rastro de la alondra ricotí.

Collalba gris
 
Ya estando en la ermita de San Frutos había muchos buitres leonados y pocas personas, como yo quería.



Los bandos de buitres leonados empezaban a levantar el vuelo, poco a poco. Algunos pasaban por abajo, otros a nuestra altura y muchos ya se encontran en lo alto, hasta que pillaban más altura y se marchaban de allí para empezar su jornada de campeo.

Buitres leonados.

En cambio, algunos de los buitres estiraban las patas hacia abajo, signo de que van a aterrizar en alguno de los salientes de las paredes rocosas.

Buitre leonado antes de aterrizar.

Aunque el buitres sea el protagonista más numeroso, no fue al que le dediqué más tiempo. Fue antes de llegar a la propia ermita, todavía no había cruzado el puente, cuando vi a un alimoche que se acercó mucho a donde yo estaba. La verdad es que iba y venía, dirigiéndose en varias ocaciones hacia la ermita, hasta que finalmente se alejó de allí. Pude hacerle algunas fotografías de las que quedé satisfecho.




Alimoche.


Por allí también vi pardillos comunes, numerosos aviones roqueros y justo antes de irme de allí salió volando un halcón peregrino. Sin embargo, eché en falta a las chovas piquirrojas y a las grajillas, aunque a las primeras se las escuchaba en otros meandros.



Aunque en el propio pueblo vi a lavanderas blancas y a un pico picapinos volando, desde luego quería ver más aves. Para ello, bajé al río, recorriendo el inicio de la senda "Puente de Talanco al Puente de Villaseca".



En cuanto a los pajarillos creo que estuvo bastante bien en cuanto a especies avistadas, aunque ninguna es excepcional: lavandera cascadeña, chochín, colirrojo tizón, tarabilla común, reyezuelo listado, papamoscas cerrojillo (no sé si los primeros en paso), papamoscas gris, carbonero común, pinzón vulgar, verdecillo, agateador común, mosquitero spp., petirrojo y más aviones comunes.
Mientras fotografiaba a un buitre leonado también apareció la figura oscura y bastante hábil entre las rocas de lo que creo que fue el roquero solitario.
De los pajarillos sólo me salió mediodecente las fotografías de un petirrojo, lo cual siento mucho.

Petirrojo europeo.

Cuando estuve de pequeño, en una excursión, recordaba muy bien el hecho de haber visto a un buitre posado a poca distancia de nosotros, cuando íbamos siguiendo este mismo sendero. La verdad es que me hacía ilusión volver a verlos así de nuevo. Y curiosamente a los primeros que vi así fue a un buitre leonado adulto llevando comida a otro buitre ya crecido. La verdad es que no se si esto llega a ser algo normal o se trata de una puesta tardía.

¿Pollo de buitre leonado? y cabeza de buitre adulto.

A los otros buitres ya se les veía a mayor altura, en lo alto del cortado o en alguno de sus salientes. Al igual que en la ermita de San Frutos muchos no paraban de moverse y desde luego impresionaba escucharlos y verlos cuando pasaban a tan poca altura. Junto a los buitres también volaban bandadas de grajillas y algunas chovas piquirrojas.



Buitres leonados.

Como nota graciosa relacionada con los buitres leonados, decir que si en la anterior ocasión escuchábamos a la gente decir que se trataban de halcones peregrinos, en ésta ya han crecido y se han transformado en águilas reales (según otros excursionistas). Seguro que a la tercera ya, al fin, son los que son, buitres leonados.

Buitre leonado.

Al dar media vuelta y volver hacia el coche cambié de objetivo con el riesgo de no fotografiar algo interesante. Pero la verdad, las mariposas, las flores y los paisajes también tienen derecho a ser fotografiados.




En cambio, tuve que cambiar el objetivo rápidamente al escuchar moverse algo entre las hierbas, a un lado del camino. Parón en seco, cambio de objetivo un poco nervioso y a hacerle algunas fotografías. La corza estuvo un buen rato, sin inmutarse de mi presencia, mientras se las hacía. Hasta que levantó la cabeza y se fue de allí como quien no quiere la cosa, siguiendo la dirección contraria a la mía.

Corza.

Al final del recorrido volví a cambiar de objetivo para intentar fotografiar decentemente a unos verdecillos. En cambio, algó cayó a las ramas. Era un ratonero común, y por la forma tan torpe de moverse y de gritar diría que es un volantón (aunque no estoy seguro). Me miraba, miraba para otro sitio, cambiaba de postura, se movía a otra rama, demasiado confiado.



Ratonero común.

En fin, me fui de allí con muy buen sabor de boca, contento con las fotografías que había conseguido ese día, y con ganas de volver por allí.






4 comentarios:

  1. No puedo decir otra cosa, te ha salido una entrada muy "sinegética". Un alimoche muy bien pillado, el petirrojo más que decente, las imágenes de buitres (estaría bastante bien que fuera como dicen los excursionistas, y ver águilas reales a decenas), los escenarios y el ratonero, que en efecto tiene pinta de jovencito.
    Ya decía yo cuando fuimos que me extrañaba no ver allí un halcón peregrino... en ese lugar es que era 1+1=2.
    Tuviste que llegar a casa contentísimo, si ya nuestra excursión juntos estuvo bien aunque el tiempo nos diera la lata y la lluvia nos fastidiara del todo ir al pueblo y rematar la salida bien.

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    1. El alimoche como nunca hubiera pensado teniendo en cuenta el equipo. Los buitres...te gustaría pillarlos desde abajo del río, o eso creo.
      Bueno, cuando estuvimos seguro que ni salió con el tiempo que hacía, pero seguro que no está solo y hay más parejas a lo largo del cañón.
      Llegué a casa muy contento y con ganas de volver como ya he dicho. Y de ver el pueblo y hacer fotos, que aunque ya estuve anteriormente, hay ganas.

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  2. Que bien te quedó el ratonero, sí señor.
    Lo de la gente que va por allá ya es de chiste, que al final son buitres.. mira que son aves muy características. Espero que lo pasases muy bien, en lo que se refiere a pollos al menos viste un montón ;)

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  3. Gracias. Estaba bastante cercano, por una vez, aunque en penumbra. En todo caso me gusta.
    En lo que se refiere a aves vi bastantes cosillas, aunque no pude fotografiar a todas, y muchos menos que salieran bien.
    Sí, aunque también echo en falta algún panel informativo específico de aves rupícolas para la gente que no esté puesta en el tema. Al menos yo no lo he visto nunca.

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