Calatañazor es uno de esos pequeños pueblos que no puede dejar de ser visitado por toda aquella persona que vaya hasta Soria. Las razones para decir esto son varias, como no podía ser de otra forma: conocer el recinto amurallado de Calatañazor junto a su castillo, lo cual nos lleva hasta Almanzor y la Edad Media, y de ahí, al arte románico que alberga. Y todo ello, se puede resumir perfectamente en un único punto, estamos en un pueblo medieval, con su historia y su arquitectura.
Se asienta en lo alto de un cerro, entre tierras de labor y sabinares, y junto al pequeño cañón que conforma el río Milanos a su paso por esta localidad. Como vemos, la posición no podía ser más defensiva.
La disposición de sus calles es similar a las de otras villas medievales, con dos calles conectadas entre sí por otras y que recorren toda la loma hasta que confluyen en la zona central, en este caso el castillo.
Las casas son bien de adobe y madera o bien de mampostería de piedra. Sin embargo, en ningún momento se pierde la unidad de todo el conjunto, e incluso en algunas casas combinan todos estos materiales.
Además, merecen ser mencionadas sus chimeneas tradicionales, con la primera mitad de ladrillo, siguiendo una de forma cónica hasta ser coronadas por una pieza metálica.
De todo este conjunto hay una zona que me gusta especialmente. Se encuentra en torno a la iglesia parroquial de Santa María del Castillo, la cual mezcla los estilos gótico y románico, aunque es más perceptible el primero.
Lo que más me llama la atención es el cruce de dos calles que conforman una especie de plazoleta, donde la voluminosa iglesia cede protagonismo al conjunto de casas y sus pórticos sostenidos por la madera del lugar.
Siguiendo la calle hacia arriba se llega hasta la verdadera plaza del pueblo, presidida tanto por el ayuntamiento como por los restos del castillo. El castillo data de los siglos XIV o XV, aunque actualmente se encuentra en estado de ruina, quedando el torre de homenaje y una de sus puertas, además de partes de las murallas y de las torres.
Desde allí recomendaría recorrer sus otras calles, dando un tranquilo paso para tener una mejor percepción de la arquitectura civil del lugar, descubrir rincones con encantado (a cada cual el suyo) y tener muy buenas panorámicas desde la murallas.
Pero en algún momento tendremos que salir del recinto amurallado, tanto para tener otro punto de vista de Calatañazor como para descubrir dos de sus pequeñas joyas del románico.
La primera se trata de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, localizada a la entrada. De un primer vistazo se observan diferencias en la construcción del ábide y de la nave, aunque todo el conjunto pertenece al mismo estilo. En la nave sobresale la puerta de entrada con sus tres arquivoltas, una de las cuales presenta decoración vegetal.
Pero sin lugar a dudas, es el ábside el que le da belleza a esta pequeña construcción religiosa. Los numerosos canecillos con los que cuenta representan tanto cabezas humanas como animales, y como curiosidad, entre dos de estos canecillos se encuentra la figura completa de un músico.
La otra pequeña joya del románico se encuentra actualmente en estado de ruina. Se trata de la ermita de San Juan Bautista, mucho más sencilla que la otra ermita, aunque de nuevo es la portada con sus arquivoltas la que llamará nuestra atención, además de la parte frontal con la espadaña semiderruida.
De las cuatro razones que nos llevarían a visitar este lugar sólo nos queda Almanzor. Se dice que fue aquí donde el caudillo musulmán sufrió una derrota por parte de los cristianos tras la razia que emprendió por tierras rionajas, allá por el año 1002. Fue ese mismo año donde este personaje termina falleciendo, aunque no están claras ni las causas ni el lugar exacto (si de camino a Medinaceli o en la misma ciudad). Como tampoco se sabe si es cierto o leyenda que sufriera una derrota en este pequeño pueblo medieval del que hemos hablado hoy, Calatañazor.
Qué maravilla Isma!!. Al igual que Guadalajara, Soria es otra de mis provincias favoritas. Gracias por compartir estas entradas.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Tanto una como la otra provincia nos tiene mucho que ofrecer gracias a su geografía, su historia y su arquitectura, pese a que ninguna de las dos capitales tenga la misma fama que otras cercanas a Madrid.
EliminarSimplemente genial! Te han quedado unas fotos buenísimas y eso que la luz no ayudaba nada a esa hora de la mañana. Leyendo tu entrada me entran ganas de volver.
ResponderEliminarMuchas gracias. Ojalá hubiéramos tenido mejor luz, eso sí.
EliminarEs un lugar al que debemos volver en un futuro, cuando podamos ir a conocer más de Soria.
Qué maravilla, el conjunto tiene muchísimo atractivo. Le sacasteis mucho jugo a la visita, que se ve que lo tiene.
ResponderEliminarEs pequeñito, pero merece ir parándose. Es uno de los que te tienes que apuntar para tu futuro viaje a la provincia de Soria en busca de aves (de otra forma no irías...).
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