De nuevo vamos a Daimiel, en una de nuestras tradicionales quedadas con Carlos Rossi, que en esta ocasión vendría acompañado por su hermano menor. La excursión que teníamos organizada no estaba tan orientada a la ornitología como en otras ocasiones, pero no nos íbamos a olvidar de las aves ni mucho menos.
El punto de encuentro era una laguna del entorno de Daimiel, normalmente bastante solitaria pero que en esta ocasión había muchos más aficionados al mundo de las aves con su telescopios, prismáticos y cámaras.
No sé si por la época en la que íbamos (puente de diciembre) o por la mayor cantidad de personas vimos menor número de especies animales que en otras ocasiones. Sin embargo, haber ido hasta allí mereció mucho. Vimos las allí comunes malvasías cabeciblancas, un grupito de ansares comúnes y otro de gaviotas sombrías con alguna reidora, el colorido calamón, el cuchara común (la anátida más numerosa en ese día), la garza real en vuelo, un bando en vuelo de porrones europeos, el zampullín chico, diferentes especies de pajarillos como los bisbitas pratense y ribereño alpino o los chorlitejos chicos mezclados con las gallinetas.
|
Chorlitejo chico. |
Sin embargo, la verdadera estrella fue el águila moteada, toda una rareza y más por el centro de la Península Ibérica. La pobre, incomprendida por los aguiluchos laguneros occidentales, no dejaba de ser acosada una y otra vez. Desde luego, no les gustaba tener a una forastera más grande que ellos como vecino y competencia.
|
Águila moteada. |
|
Águila moteada y hembra de aguilucho lagunero occidental. |
Nuestra siguiente parada se encontraba en el propio río Guadiana. Veníamos observando que a las grullas les gustaba posarse en sus orillas y campos adyacentes, de forma que nos dirigimos hacia allí con la esperanza de verlas. Y tanto que vimos a unas cuantas, posadas y en vuelo.
Además, dentro del propio río se veía una decena de cigüeñas blancas y algunos cormoranes grandes posados en árboles secos.
|
Grullas comunes. |
Ese era uno de nuestros objetivos del día y estaba cumplido. Nos fuimos hasta el molino de Molemocho siguiendo siempre la orilla del río, desde donde vimos una gran afluencia de coches hacia las Tablas de Daimiel (ya sabíamos que ese no era el mejor día para acercarse a los observatorios).
De vuelta a Daimiel avefrías en los campos y cernícalos vulgares posados amenizaban el recorrido.Y de Daimiel, antes de comer, nos fuimos hasta el Castillo de Calatrava la Vieja para darle un toque más cultural e histórico a nuestra salida.
|
Castillo de Calatrava la Vieja. |
Se encuentra a orillas del Guadiana, en el término municipal de Carrión de Calatrava. Antaño fue una importante ciudad fortificada del Califato Omeya de Córdoba y debido a ello, lugar de disputa entre musulmanes y cristianos durante la Reconquista. En este periodo pasó a formar parte de las posesiones de los Caballeros Templarios, pero posteriormente su defensa fue encomendada al abad Raimundo de Fitero, que posteriormente crearía Orden de Calatrava.
Sin embargo, tras la batalla de Alarcos, donde se encuentra otro importante castillo, Calatrava la Vieja fue recuperada por los almohades. Sin embargo, en 1212 fue de nuevo recuperado por los cristianos, hecho definitivo tras la batalla de Las Navas de Tolosa. Sin embargo, la sede de esta Orden Militar se trasladaría al castillo que actualmente se conoce como Calatrava la Nueva.
De esta historia quedan unos yacimientos a los cuales no se puede acceder libremente. El castillo forma parte del Parque Arqueológico de Alarcos-Calatrava la Vieja, el cual se mantiene cerrado al público, excepto unas visitas guistadas al Castillo de Calatrava la Vieja, aunque no sé muy bien horarios y tarifas.
En fin, una pena que un lugar con tanta historia se vea actualmente en esta situación.
Al menos, aunque no pudimos entrar al recinto, lo que vimos desde el perímetro nos dio una pequeña idea del lugar. Y además, nos permitió la cercana observación de un mochuelo europeo, da gusto cuando se dejan ver así.
|
Mochuelo europeo. |
Ya se nos estaba haciendo tarde tras la comida y todavía nos quedaba una parada, la que a la postre sería la más interesante desde el punto paisajístico: el Monumento Natural Laguna y volcan de la Posadilla.
Se trata de un maar, una laguna de origen volcánico que se forma tras una erupción hidromagmática situada en la región volcánica de Campo de Calatrava, exactamente entre Valverde y Poblete.
Es nuestro primer contacto con este tipo de paisajes y realmente nos dejo impresionados por su tamaño. Se encuentra el cráter con la laguna al fondo, mientras que en uno de los laterales aparece una cresta cuarcítica que le otorga al conjunto una mayor altitud.
En las laderas del interior del cráter crece el bosque mediterráneo formado por diferentes especies del género Quercus, además de matorral. Junto a la laguna se ve la vegetación típica de las orillas de estos ambientes, siendo curioso el contraste entre ambos ecosistemas tan cercanos el uno del otro.
Subiendo opr la cresta se puede observa el entorno del maar, con campos cultivos de cereales y olivares, además de panorámicas de la llanura castellana.
Nostros estuvimos por la tarde, con el sol en muy mala posición y por ello, muy mala luz para hacer fotografías bonitas. Sin embargo, aguantamos allí hasta el anochecer, cuando el sol se ocultó tras la cresta del cráter del volcán.
Ya sin luz era hora de volver, no sin antes ver algunas garcillas bueyeras y el último mochuelo del día.