Hace unos meses, cuando fui a Tamajón, pasamos cerca de las lagunas de Puebla de Beleña...y está claro que me quedé con ganas de ver lo que se movía por allí (y encima vimos un corzo desde la propia carretera).
Volvimos hace 10 días aproximadamente a estas lagunas, situadas entre Matarrubia y Puebla de Beleña, en Guadalajara. Antes me estuve informando sobre el lugar: las especies que se pueden ver (teóricamente) y cuándo son las mejores fechas. Nidifican diferentes aves acuáticas y es lugar de parada en el paso migratorio de grullas, garza imperial, pato colorando, entre otros. Está claro que por fechas, no pretendía verlos.
También es importante saber que se trata de dos lagunas endorreicas, es decir, que el agua le llega directamente del cielo. Pero durante prácticamente todo el mes de abril y principios de mayo había estado lloviendo, al menos por mi zona.
Así que para allá nos fuimos en busca de las aves acuáticas que tanto me gustan. Pero al llegar allí nos encontramos con esto...
Secas, secas, secas. Y ya se sabe, si no hay agua no hay aves acuáticas. Excepto una muy pequeña charca en el centro donde se agolpaban, en un principio, los ánades reales y la única cigüeña blanca que había. De hecho, la especie más rara de las que vimos allí fue una lavandera boyera que se aprovechaba del agua estancada en el camino.
Trigueros. |
Sin embargo, este paraje natural se encuentra rodeado de estepas cerealistas, por lo que también se dejan ver especies más propias de este entorno, como los numerosos trigeros, alondras, y además había varios bisbita arbóreos que nos dejaron ver su peculiar vuelo y caída.
Bisbita arbóreo. |
Alondra común. |
También pasó muy, muy cerca, un precioso ejemplar de milano negro, junto a un buitre leonado.
Milano negro. |
Pero la estrella de la mañana, al menos para mis acompañantes, fue una corza que descansaba tranquilamente entres los cultivos de gramíneas. Y allí que se quedó un buen rato mirándo como tres extraños se dedicaban a hacerle fotos...
Corza descansando. |
Por mi parte me fui un poco decepcionado. No por el lugar en sí, ni mucho menos. Pero sí por el momento elegido para aventurarnos a ir. Si alguien las conoce mejor será de agradeces algunas recomendaciones sobre este lugar.
Como seguramente volvamos en algún momento más propicio, ojalá se repita la historia de las Tablas de Daimiel, que la primera vez volvimos algo depecionados, pero en la segunda llegamos a casa planeando la próxima vez para volver.
P.D: como me cuesta bastante identificar las diferentes especies de bisbita y "alondras", si alguien ve algún fallo será bienvenida la corrección si hay algún error.