El inicio.

Aprovechando el buen tiempo de estos últimos días fuimos a otro de esos parques madrileños con cierto encanto, Quinta de los Molinos.

Lo más característico de esta zona verde son los cientos de almendros allí plantados, los cuales acercan la huerta a la capital madrileña. Pensábamos que ya estarían totalmente blancos, pero no fue así. Por lo que tendremos que volver en un par de semanas aproximadamente... Habrá que esperar hasta entonces para verlo en todo su esplendor.

Como aperitivo, una pequeña muestra del inicio de la primavera.

Palacio de luces y sombras (Palacio de Cristal).

Tras mucho tiempo deseando adentrarme en el Palacio de Cristal de El Retiro, al fin lo he conseguido.

Al principio me sentí decepcionado, e incluso me enfadé ya no podía ver el edificio en su estado original desde el interior. E incluso pensaba que ni siquiera vería su entorno desde otro punto de vista al ya habitual.

Y todo ello porque habían puesto un burdo armazón de plánchas de plástico de color azul, con multitud de signos del teclado. Eso fue lo que en un principio pensé.

Por suerte, se podía ir entre el armazón de plástico y el Palacio de Cristal, por lo que di una vuelta para ver el entorno, así que estaba un poco más contento.

Pero cuando volví a penetrar en el armazón de plástico éste se había transformado completamente a un palacio de luces y de sombras.

En ese momento era un mar de estrellas que desafiaban a la luz diurna. Pero ésta, en un momento de orgullo, se resistía a perderse, difuminando el cielo nocturno con su brillante luz.

A su vez, el Palacio de Cristal desafiaba a su nuevo compañero mostrando sus destornionadas sombras, enojado por ver ocupado su espacio. Pero el Palacio de luces y sombra permanecía sereno ya que sabía que, aunque nuevo, sabía daba mayor belleza al interior de este romántico edificio.

San Pedro Apostol Mayor, Gijón.

Dando un agradable paseo, bien sea por la playa de San Lorenzo o por el paseo marítimo propiamente dicho, tendremos siempre delante (o detrás) la fotogénica iglesia o parroquia de San Pedro Apóstol Mayor.

Ya llegando a la zona conocida como El Muro se puede observar en todo su esplendor este singular monumento religioso. Edificio que nos ofrece mil y una caras. No porque cambie él, si no por el entorno: día y noche, bajamar y pleamar, el mar en calma o con fuerte oleaje, y todo aquello que se nos pueda ocurrir.

P.D: recomendable adentrarse en el barrio de Cimadevilla, y a ser posible, en un momento de buen ambiente festivo.

Facinas.

Dos facinas, como se llama en Asturias a estos trabajados montones de heno, uno terminado y otro recién comenzado.

Todavía se dejan ver por algunos prados, pero poco a poco se van sustituyendo por esas feas pacas de heno envueltas de plástico, típicamente negras y circulares, las cuales afean el bello paisaje asturiano.

Y yo me siento entre las dos, pues mañana comienza el siguiente cuatrimestre de una carrera totalmente relacionada con el heno, la agricultura, y en fin, con el campo (aunque cada vez menos, incluso en Asturias.).

Hace un año, en Valladolid.

En el día de hoy se cumple el primer año de uno de los viajes más especiales que he realizado. No por la ciudad en sí, ni por las fechas, si no por el motivo de este viaje, por todo lo que rodeó a ese genial fin de semana.

Plaza Mayor y Ayuntamiento de Valladolid.

Sin embargo, esta visita a Valladolid no me fue indiferente en lo que se refiere a la ciudad, ya que al igual que otras capitales castellanas también presentan un buen y cuidado casco antiguo.

Tal vez menos reconocida que Salamanca, Segovia e incluso Ávila. Pero al igual que éstas, repartidas a lo largo de sus calles presenta numerosas iglesias de diferentes estilos, así como la catedral.

Iglesia de San Pablo.

Los edificios civiles de esta ciudad también tienen un gran interés, sobresaliendo entre ellos el Palacio del Marqués de Valverde, junto al reconvertido palacio de Fabio Nelli (actual e interesante Museo de Valladolid).

Palacio del Marqués de Valverde.

Otro punto de gran interés, sobre todo para un enamorado de los parques urbanos como soy yo, es el Parque de Campo Grande, en cuya periferia se encuentra la acera de Recoletos, una de las calles más encantadoras de Valladolid.

Fuente de la Fama (Campo Grande).

 

Acera de Recoletos.

 

Y no me podía olvidar del entorno más romántico de la ciudad, compuesto por la universidad de Valladolid, la catedral y la iglesia de Santa María la Antigua.

Parte trasera de la Catedral.

Santa María la Antigua.

El Retiro (parte I ).

Aprovechando el pequeño periodo de vacaciones que estoy teniendo tras los exámenes de febrero, he decidido hacer un poco de turismo local. La primera parada ha sido en el parque de El Retiro.

El Retiro se ha consagrado como una de las zonas verdes más importantes de Madrid, junto a la Casa de Campo, y otros algo menos conocidos (o visitados), como el Campo del Moro o el bellísimo Capricho.

Se puede decir que es un conjunto de jardines, ya que cada zona de este parque tiene su estilo y personalidad. Esto, junto a su gran tamaño, hace que sea necesario dedicarle muchas horas para visitarlo, o ir varios días, lo cual no supone un problema debido a que resulta muy agradable caminar por sus anchos paseos o por sus tranquilos senderos.

Por ello, en esta primera entrada propongo un corto recorrido por la zona central de este concurrido parque, el estanque.

Empezando por la estatua de Hércules y el León de Nemea nos podemos acercar al punto más conocido y animado del parque.

Estatua de Hércules y el León de Nemea.

El estanque supone su centro, así como el punto más importante de diversión, ya que numerosos madrileños y turistas se animan a montar en las barcas para nadar junto a los patos, u observan a los artistas callejeros que allí se sitúan.

Todo ello bajo la atenta mirada del monumento a Alfonso XII, uno de los más impresionantes de Madrid, tanto por su altura como por las numerosas esculturas que lo componen.

Monumento a Alfonso XII.

Desde el propio estanque, y pasando antes por el Palacio de Velázquez, llegamos al edificio más bello de este parque, el Palacio de Cristal. Situado al frente de otros de los estanques, esta vez más pequeño, más tranquilo y más bonito. 

Estanque del Palacio de Cristal.

Y rodeado por numerosos castaños de Indias que le dan sombra en verano, y permiten la llegada de la cálida luz del sol durante el invierno.

Palacio de Cristal.

Ya en el lado sur, la rosaleda (a la que no entré por ser invierno) y la famosa fuente de el Ángel Caído.

Fuente del Ángel Caído.

En la próxima entrada sobre este parque, se presentará todo el lado este, así como la Rosaleda en su momento culminante.

La Manzanera y la Oliva.

El monumento a La Manzanera, ya visto anteriormente, junto a la románica iglesia de Santa María de la Oliva, forma parte de una de las plazas más encantadoras de Villaviciosa (y de Asturias).

Además, cuando se encuentran iluminados por la tenue luz del amanecer maliayo, la armonía entre ambos monumentos es aún mayor.

P.D: una pena lo que han hecho en esta plaza, ya que antes parecía mucho más bonita.

P.D.D: y hoy ha sido mi amanecer tras las tinieblas de los exámenes. Espero poder dedicarle más tiempo a cada una de las entradas.

Orgeix.

Reanudando el particular viaje por los Pirineos, ahora vamos a cruzar la frontera francesa para detenernos en una pequeña aldea.

A las puertas de un precioso valle pirenaico se encuentra Orgeix. Pueblo que sin tener un casco antiguo espectacular ni las típicas casas serranas de piedra, consigue enamorar a aquel que va.
Al menos a los españoles que paramos allí. Tal vez por el mero hecho de sus cuidadas calles, decoradas con multitud de coloridas y llamativas flores.

Tal vez por encontrarse en el margen de un río de aguas cristalinas (y que tiene un buen caudal aun siendo verano).

O tal vez por el espectacular entorno que le acompaña y que invita seguir por aquel valle hasta llegar al final.

En fin, el contraste que existe entre ambos lados de la frontera llega a ser llamativo, pero ninguno de los lados es mejor que el otro, sólo son diferentes.

Un poco más...

El camino sigue y sigue.
Y aunque su margen siempre sea semejante,
todo tiene su fin.

Cielo.

Un día seguido de otro idéntico. Despertarme, estudiar, estudiar y estudiar. En fin, mi vida actualmente es una monotonía.

Hasta que al asomarme a la ventana me golpea el aire fresco y veo un mundo que sigue su ritmo. El sol se oculta, dando paso a la noche, no sin antes darnos ese mágico atardecer de cálidos colores. Y las nubes pasan una detrás de otra y los árboles se mecen acompañados por el viento.

Ya sólo me queda una semana de esta monotonía. Entonces, veré puestas de sol desde otro punto.

P.D: es el primer mosaico que hago. Perdonen si no quedó perfecto.

Día de la marmota.

¿Serán seis semanas más de invierno o quedará poco para que llegue la primavera?

Hoy se celebra en Norteamérica el día de la marmota. Según el folclore, en función del comportamiento del animal al salir de su madriguera, quedarán seis semanas más de intenso frío o no.
Este año, en España, enero, el mes del invierno, se ha parecido más al principio de la primavera (hasta hoy). Por eso, deseo que esta vez la marmota se asuste y vuelva a su madriguera para que vengan los días de frío y nieve.

Y aunque no sea la mejor foto, conseguí fotografiar a la única marmota que he visto, en los Pirineos.
En realidad era una pareja que se escondió rápidamente en su hogar al detectar mi presencia. Pero esperando unos minutos, salió una de ellas para ver si el intruso se había ido. Pero no, ahí estaba yo para obtener mi recompensa.