Hace tiempo que fuimos a visitar algunos pueblos en los concejos de Laviana y de Sobrescobio, por aquel entonces teniendo mi primer contacto con la Cordillera Cantábrica (excepto cuando subí a los lagos de Covadonga con mi familia). De aquello ya han pasado varios años y estamos más curtidos en cuento a montaña se refiere.
En esta ocasión, tenemos pensado subir un poco más por aquella carretera, hasta el puerto de Tarna. El día no acompaña para el disfrute de la naturaleza, así que preferimos visitar algunos de los pueblos que se suceden desde Rioseco hasta el mismo puerto.
En esta ocasión, tenemos pensado subir un poco más por aquella carretera, hasta el puerto de Tarna. El día no acompaña para el disfrute de la naturaleza, así que preferimos visitar algunos de los pueblos que se suceden desde Rioseco hasta el mismo puerto.
El primero de ellos fue Campo de Caso, villa y capital del concejo de Caso. Allí se encuentra el Centro de Recepción e Interpretación de la Naturaleza, del Parque Natural del Redes. Pero en esta ocasión no toca disfrutar de la naturaleza si no de nuestro patrimonio rural.
Aunque a primera vista, desde la plaza del ayuntamiento podría parecer que Campo de Caso presenta un entramado muy urbano, no deja de ser un lugar rodeado de montañas, donde la minería no tuvo tanta importancia como en otros concejos cercanos, siendo la base de su economía, tanto del pasado como del presente la ganadería.
De ello, las muestras más representativas en el propio pueblo están en las cuadras, de dos plantas. En la baja se encuentra o se encontraba el ganado, mientras que en la de arriba se guarda el alimento de los animales. Algunos de ellos muestran que aún siguen en uso.
Imagino que la vaca asturiana de las montañas o casina tendrá algo que ver, especialmente en lo que tiene que ver con el queso casín (DOP), el cual se elabora en los concejos de Caso, Sobrescobio y Piloña. Yo no puedo hacer otra cosa que recomendárselo a toda aquellas personas que les gusten los quesos maduros (muy "fuertes").
En las afueras, entre dedaleras y otras floras, y junto a una pumarada, se encuentra el lavadero.
Desde allí subimos al puerto de Tarna, a 1490 metros de altitud. La niebla que empezaba a descender justo en nuestra subida hacia allí no recomendaba que nos entretuvieramos mucho por allí, por lo que una vista rápida hacia la vertiente leonesa y vuelta al coche para bajar a nuestro siguiente destino.
El siguiente destino fue Bezanes, también en el concejo de Caso. El aspecto es todavía más rural que el de Campo de Caso, siendo de destacar las muchas huertas que acompañan a las viviendas.
También podemos encontrar paneras y hórreos, los cuales comparativamente escasean en la capital del concejo (aunque los hay), además de otras construcciones relacionadas con el medio agrario y ganadero.
Sin embargo, esta aldea en particular y todo el concejo sufre también el descenso poblacional relacionado con el éxodo rural de mediados del siglo XX y del envejecimiento de la misma en la actualidad. Es el precio que están pagado al situarse entre montañas, lo cual otorga al entorno un paisaje precioso, pero menos oportunidades.
Esperemos que poco a poco vaya ganando protagonismo el turismo respetuoso con el medio ambiente, y no sólo en otoño para ver hayedos y otros bosques cuando presentan miles de tonalidades, lo cual suponga una ayuda extra para esos ganaderos productores de quesos tan exquisitos.
De momento, existen numerosas rutas de mayor o menor dificultad para disfrutar del Parque Natural de Redes, aunque como mencioné en un principio no pudimos en esta ocasión realizar ninguna, preferimos visitar los pueblos desde donde parten muchos de estos caminos.
Finalmente estuvimos en Ladines, situado en Sobrescobio. Sobrescobio también se trata de un pueblo ganadero integrado en el Parque Natural de Redes, y además fue premiado en 2009 como Pueblo Ejemplar de Asturias (Comunidad Vecinal de Sobrescobio).
Ladines, al contrario de Campo de Caso y Bezanes, si sitúa en la ladera de la montaña, dominando el valle del río del Alba de forma que se observa muy bien Soto de Agues y otros lugares en los que estuvimos hace ya varios años.
La aldea está muy bien cuidada, como no podía ser de otra forma en este concejo. La situación, los hórreos y paneras, las huertas, junto a las casas de piedra de dos plantas, algunas de las cuales con corredor en la superior, hacen de este lugar uno de los más bonitos, y a su vez desconocidos, de la zona.
Os dejo con una última fotografía que me gusta mucho, de las madreñas junto a una de las flores decorativas más típicas de Asturias, las hortensias.
Un gran descubrimiento toda esta zona. Bezanes y Ladines me tienen cautivada por completo. Ojalá se pueda volver pero en otoño, para disfrutar de los colores del bosque autóctono (tan escaso en otros sitios desgraciadamente).
ResponderEliminarMe apunto para esa excursión otoñal para conocer mejor las aldeas del lugar, además de su naturaleza.
ResponderEliminarPedazo rincones, un repaso buenísimo a esos entornos rurales que aún resisten al declive moderno.
ResponderEliminarLa pena fue no tener una buena luz, pero en todo caso merece acercarse por allí. Además, bien sabes que tienen buenos dulces.
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