En la anterior entrada veíamos tres pueblos negros de Riaza: Becerril, Serracín y El Muyo. Aunque los tres pertenezcan a los pueblos negros y presenten los mismos patrones arquitectónicos se veían algunas diferencias entre sí, las cuales les otorgaba personalidad.
Pero donde de verdad se ve contraste es entre los pueblos negros situados a mayor altitud y los pueblos rojos de tierras más bajas. Esto se debe al uso de los diferentes materiales en la consturcción de los edificios: pizarras en los pueblos negros, arcillas y piedras con alto contenido en hierro en los pueblos rojos.
El primero de los pueblos rojos es Villacorta, de fácil acceso desde Riaza. Desde el momento en el que llegamos salta a la vista el porqué de su apelativo. Rojo, mucho más rojo de lo que uno cabría imaginar.
Aunque bien es cierto que muchas de sus fachadas, en especial las más modernas, están pintadas directamente de tonos rojizos o anaranjados, así como las calles que actualmente se encuentran asfaltadas.
Sin embargo, merece parar en aquellas más tradicionales, cuya piedra desnuda y rojiza confirió la apariencia tradicional al lugar. Aunque fijándonos bien, en algunas tampoco es difícil encontrar pizarra.
Junto a la Plaza Mayor no encontramos la iglesia de Santa Catalina, tal vez no tan llamativa como la del siguiente pueblo rojo, pero sí bastante más integrada con el resto de edificios.
En el otro pueblo rojo de la zona, Madriguera, lo primero que llamaría nuestra atención sin ninguna duda es la iglesia de San Pedro Apostol, situada justo en su entrada. Destaca por su mayor tamaño respecto a las otras iglesias que nos hemos ido encontrando por el entorno, además de por su arquitectura.
En este pueblo las casas que iremos viendo son una mezla de antiguas construcciones con otras restauradas en los últimos años. Las casas restauradas por suerte han mantenido en mayor o menor grado la arquitectura del entorno, por lo que no rompen con la armonía del conjunto.
Sin embargo, lo que le da ese toque especial a Madriguera son sus rincones y el conjunto de las calles y plazas, y no las casas individualmente. Cada lugar que vemos hace que paremos a admirarlo, luego caminaremos unos pasos y por el cambio del ángulo o al girar la cabeza apreciemos que el mismo lugar puede ser totalmente diferente.
Y lo mejor es que hay muchísimos rincones para ver detenidamente, sin ninguna prisa. Al fin y al cabo es uno de los núcleos urbános más grandes de la zona y de los mejor conservados.
Y aunque haya dicho que no sea para ver edificios individualmente...hubo uno que sí llamó nuestra atención: su fachada apenas está ocupada por la puerta, un ventanuco y la ventana del piso superior.
Espero que haya gustado este rincón de Castilla y León, con sus pueblos tan parecidos y a la vez tan diferentes entre sí, los cuales formán parte de los conocidos como Pueblos rojos y negros, en Riaza.
Hubo otros tres de la misma zona que no pudimos visitar: Alquité, Martín Muñoz de Ayllón y Negredo. Tal vez no sea justo con ellos, pero no nos daría tiempo a visitar todos en condiciones. Eso sí, habrá que volver en una nueva excursión para visitarlos.
Hola Isma.
ResponderEliminarUna pasada estos pueblos, me gusta en especial Madriguera.
A ver si volvéis y completas la serie con los pueblos que faltan y a ver si pronto visitáis los de Guadajara ;).
A mí personalmente me gustan mas los pueblos negros.
Un abrazo!!
Madriguera es de los más cuidados y para mi de los más bonitos. También es el más conocido.
EliminarEn cambio me pasa como a ti, a mí me gustan más los pueblos negros, tal vez sea por mis propios gustos o porque realmente sean más bonitos, más rústicos, más serranos.
Los de Guadalajara todavía es proyecto para ir, no sé cuándo se podrá.
Un saludo.
Tal como decíamos ayer, los pueblos negros tienen ese aire genuino tan atractivo para nosotros, pero también gusta mucho ver que los rojos están vivos y cuidados, con continuidad en el tiempo.
ResponderEliminarEsperemos que volváis por allí a completar el recorrido y veamos todo el repertorio.
Espero que todos y cada uno de los pueblos tengan una continuidad en el tiempo.
EliminarSeguro que volveremos, la zona de Riaza nos gusta.
Preciosas las fotos, no me canso de decir que aquella fue una buena jornada. Menos mal que se ha mantenido cierto sentido común para rehabilitar y construir casas nuevas, ¿te imaginas un chalet de esos estilo ibicenco que están de moda en medio de Madriguera? xD
ResponderEliminarEs un privilegio poder ver cómo estos pueblos han mantenido su apariencia. Aunque mejor no dar demasiadas ideas, tal vez a algún iluminado se le ocurra hacerse el chalet por allí, montar urbanizaciones o algún edificio modernísimo como centro de interpretación.
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