Anteriormente ya habíamos estado por gran parte de Villaviciosa y por algunas zonas de Cabranes, Nava, Colunga y Sariego. Y sólo nos quedaba ir al concejo de Bimenes para completar todos los que conforman la conocida Comarca de la Sidra.
La zona elegida de este último concejo es el valle formado por el río Pra (el cual atraviesa el concejo de sur a norte) y uno de sus afluentes, a la falta de la Sierra de Peñamayor.
La zona elegida de este último concejo es el valle formado por el río Pra (el cual atraviesa el concejo de sur a norte) y uno de sus afluentes, a la falta de la Sierra de Peñamayor.
Primero decidimos subir por el cordal del sur de este valle, desde Santa Gadía. Desde allí, en todo momento teníamos unas buenas panorámicas del valle y más allá, Santumedero y Rozaes, Tabayes y otros muchos pueblos y aldeas cuyo nombre desconozco y no sabría identificar.
E incluso al fondo, hacia el oeste, se veía con ese típico azul que da la lejanía, la Sierra del Áramo, bastante más imponente y abrupta que en la que nos encontrábamos en ese momento.
Sin embargo, aunque empezamos viendo dedaleras y otras plantas típicas de ambientes húmedos, aquel día de verano junto a la falta de vegetación que nos cubriera las cabezas del sol hacía que fuera desaconsejable andar a esas alturas. Dejamos los helechos y las asturianas de los valles allí y decidimos bajar de nuevo, al fondo del valle.
Así que, sabiendo que por allí había un sendero que acompaña a un río nos dirigimos hacia allí. Se trata de la senda de los Molinos de Bimenes, la cual empieza en La Llera y finaliza en la Velía, al otro lado del valle.
Sin embargo, aunque la completamos...debo decir que en la propia Comerca de la Sidra son relativamente frecuentes las "rutas de los molinos", como la del río Peña en el vecino concejo de Nava, o la del río Profundo en el concejo de Villaviciosa. Y sincéramente, estas dos rutas me han parecido mucho más bonitas y de menor dificultad.
Para mí, lo mejor de la ruta, se encuentra al final, cuando más cerca y a mayor altura podemos ver Peñamayor y darnos cuenta de su granciosidad. Pero también la zona recorrida anteriormente, encajada entre las laderas boscosa, y por último, ir de pueblo en pueblo al bajar por la carretera hasta La Llera de nuevo.
Impresionantes las vistas desde el cordal, sin palabras.
ResponderEliminarA la ruta de los molinos la resumiría en: poco río y mucha cuesta. Fue una pérdida de energías y tiempo considerable, a ver si me pongo las pilas hago la crítica pronto.
Para mí fue de lo mejor del día, salvo por el calor que hacía...
EliminarYo recomendaría otras rutas, desde luego, antes que la de los molinos.
Un saludo.