domingo, 15 de septiembre de 2013

Al pie de los Picos de Europa.

Continuando con la crónica del viaje a Asturias de este verano, tras el día que pasamos recorriendo el interior del concejo de Villaviciosa hasta el Alto de la Campa, decidimos introducirnos un poco en la montaña asturiana.
Tras tantos viajes por el Principado la verdad es que ya tocaba conocer, aunque sea un poco, los concejos que forman parte de los Picos de Europa (en su parte asturiana). Debo decir que ya conocía Covadonga y sus largos de un viaje anterior con la familia, como el día en el que íbamso en esta ocasión era un domingo de verano decidimos no subir., y por lo tanto, lugar tan señalado no aparecerá en esta entrada. Aún así, el recorrido que hicimos al pie de los Picos de Europa a un lado y la Sierra de Cuera al otro, desde Cangas de Onís hasta Panes, no desmereció.

Como no podía ser de otra forma empezamos en Cangas de Onís, en busca de una de las estampas más conocidas de este pueblo e incluso de Asturias. Se trata de un puente medieval de tres arcos que cruza el río Sella. Del mayor de estos arcos cuelga una réplica de la bonita Cruz de la Victoria (para ver la cruz original hay que entrar en la Catedral de San Salvador de Oviedo).



Actualmente del puente romano, como es conocido aunque su construcción no sea de la época romana, ya no cuelgan tantas plantas como antes. Tal vez debido a ello haya perdido parte de su encanto, pero no de su verdor ya que inmediatamente detrás se encuentra el bosque y al fondo del todo, las montañas.



Pero este pueblo este concejo es mucho más que el puente y Covadonga gracias a su glorioso pasado. Según las crónicas históricas fue capital del reino de Cangas de Onís, origen del reino de Asturias, del famoso Don Pelayo. Y tras la estatua que así nos los recuerda se encuentra la iglesia de Santa María, con su peculiar torre del campanario escalonada.



Tras una rápida visita a Cangas de Onís y seguramente con cosas que nos quedaron por ver, nos dirigimos hacia el concejo de Cabrales. En el camino los montes y montañas de menor entidad junto a la niebla, que se empezaba a disipar, todavía no nos dejaban ver la grandiosidad de los Picos de Europa en su parte Occidental. No fue hasta llegar a Canales cuando nos topamos de frente con esa gran muralla de piedra, prados y bosques.



Una primera toma de contacto bastante expectacular, tanto al mirar hacia arriba como hacia abajo.



Posteriormente, tanto en Carreña (la capital de Cabrales) como en Arenas (el núcleo más turístico de Cabrales) quedaba patente lo encajonado que está el concejo con el macizo central de los Picos de Europa al sur, y la "baja" Sierra de Cuera al norte.

Carrña de Cabrales con la Sierra del Cuerva al fondo.


Pero antes de llegar a Arenas de Cabrales se encuentra una especie de mirador, al fondo del valle. Desde allí destaca el Naranjo de Bulnes o pico Urriellu (en asturiano) con sus paredes verticales y desnudas. Pero no es el único: la Torre del Oso, la aguja de Los Martínez, Los Campanarios...



Desde Arenas de Cabrales nos adentramos un poco en los Picos de Europa, hasta poco más allá de Poncebos. Siendo domingo y en verano aquello estaba atestado de gente, y además nosotros no íbamos preparados para hacer senderismo y menos a esas horas. En todo caso, ver el curso alto del río Cares desde la carretera, ver cómo baja tan rápido de forma que el blanco de la espuma rompe el azul-verdoso de las aguas más tranquilas hizo que mereciera la pena ir por allí. En otra ocasión tal vez allá menos gente por la conocidísima ruta del Cares o podamos subir hasta alguno de los pueblos altos.




Tras subir a Poncebos volvimos a Arenas de Cabrales y desde ahí dirección a Panes, siguiendo el curso del río Cares. Al poco de abandonar Arenas tanto el Cares como la carretera se encajonan entre dos paredes rocosas hasta poco después de Mier.



Es en Mier donde las aguaas del río Cares se empiezan a tranquilizar, justo antes de hacer un meandro.



Es a ambos lados de este meandro donde se asientan las casas de la aldea, bajo la sombra de una de las montañas más singulares de la zona pese a su menor altitud (no llega a los 700 metros). Se trata de Peñamellera, tan singular es que da nombre a dos concejos: Peñamellera Alta y Peñamellera Baja.




A no mucha distancia el río Cares desemboca en el río Deva, ya cerca de Panes. Y es en ese mismo lugar donde se encuentran las estribaciones de la Sierra de Cuera y de los Picos de Europa, poniendo fin a esta parte del recorrido destino al mar.





4 comentarios:

  1. Impresionante... quién pudiera patearse eso ahora... Menudas imágenes te han quedado, por lo menos los demás nos podemos pasear virtualmente por allí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora o dentro de unos meses cuando las cumbres se cubran completamente de nieve y no como a principios de julio (aunque quedaba muchas).
      Espero que el paseo virtual haya sido de los mejores, je, je.

      Eliminar
  2. Un día excelente, y qué lugares! Personalmente lo que más me gustó fue Mier, habrá que seguir explorando esa zona. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un muy buen día, con nuestros pinchitos de Colón para comer. Al final esos son los mejores, je, je.
      Estaría bien volver a Mier e ir por alguno de sus caminos, seguro que tienen rincones bonitos. Habrá que volver por allí.

      Eliminar