El tejo crece prácticamente desde el norte al sur de la Península Ibérica, normalmente en lugares húmedos, sombríos y casi siempre de forma aislada, siendo muy raras las tejeras en la actualidad.
Se trata de árboles muy longevos, alcanzando miles de años en algunos casos, y además con un crecimiento lento. Y como todo árbol de características similares ha sido venerado, y a la vez temido, desde antiguamente.
Gracias a las crónicas que han llegado hasta nuestros días, sabemos que los celtas (y astures), lo consideraban como un árbol sagrado en torno al cual se reunían para orar a sus dioses. Pero además, lo utilizaron como ponzoña para envenenar sus fechas, e incluso algunas personas ingerían partes de este árbol como método de suicidio antes de ser derrotados y capturados por sus enemigos.
Debido a las tradiciones de las conocidas culturas paganas, los primeros cristianos edificaron sus lugares de culto cerca de los tejos en torno a los cuales se reunían los habitantes de la zona.
Así, actualmente es frecuente, sobre todo en la Cornisa Cantábrica, observar un tejo cerca de una iglesia, una capilla, o incluso de un cementerio. Este es el caso del muy centenario tejo de Salas, ya que se encuentra junto a la iglesia de San Martín, en el interior del cementerio.
En este cementerio se encuentran dos ejemplares, uno junto a la puerta de entrada más joven, pero igualmente impresionante.
El otro, frente a la iglesia, fue declarado Monumento Natural de Asturias en el año 1995. Se cree que data de al menos el siglo XI o XII, cuando fue edificada la actual iglesia de San Martín.
Con una altura de casi 16 metros, el perímetro del tronco de 6 metros y una copa típica de este árbol con un diámetro de 13 metros, queda clara su antiguedad.
Pero si aun así dudamos, al observar su tronco, lleno de arrugas verticales nos convencerá de que se trata de todo un anciano.
Pero en fin, no todo en este árbol tiene que ver con la muerte y los cementerios, ya que se ha utilizado para la fabricación de diferentes utensilios y de algunos de los famosos arcos ingleses. Actualmente, también se utilizan para formar setos o en jardinería.
Con este último fin, son los que se encuentra en Madrid, tanto en el Real Jardín Botánico como en el parque de El Retiro. Y sinceramente, el que vi en El Retiro no me recordaba para nada a los sagrados y fantásticos ejemplares que veo en Asturias, ha perdido toda su misticidad.
Para terminar, recomendar a todo lector que no intente comer ninguna de las partes de este árbol. Como ya dije, es tóxico excepto los arilos, pero como se trata de una especie protegida por nuestra legislación, no se puede "ni tocar".
Normal que sea un monumento natural, con ese porte tan impresionante y señorial.
ResponderEliminarEn Asturias tienen muchos árboles de porte tan impresionante y señorial. Hay que descubrirlos poco a poco, desde luego.
EliminarCreo que tengo un libro por casa que dedica algún capítulo a los tejos y la historia local, voy a mirar estas navidades.
ResponderEliminarA ver el tejo de Peón no fuimos?
Son tan importantes en vuestra cultura y tenéis tantos libros relativo a Asturias que no me extrañaría. Ya le echaré un ojo, je, je.
EliminarEl tejo de Peón sí lo vimos, pero justo fui sin la cámara porque saliamos de la restaurante ese. Para otra vez que volvamos por allí, que hay que darse un buen paseo por el valle.