lunes, 23 de julio de 2012

Pals

Si una cosa no le falta a Cataluña son los pueblos con un casco antiguo de origen medieval, generalmente muy bien conservados y muy atractivos para el turista. Uno de estos cascos antiguos se encuentra en Pals, situado en plena Costa Brava (Gerona).
Como en el caso de otros pueblo defensivos, creció sobre una pequeña elevación desde donde se puede observar gran parte de la comarca del Bajo Ampurdán. Para ello, lo mejor es subir al mirador de Josep Pla, desde donde también trendemos una preciosa vista de las Islas Medas, paraíso submarino.



Pero ni mucho menos la visita comienza en lo alto del pueblo, hay que subir primero. Tras pasar a través de la Plaza Mayor, bajo una serie de arcos y pasadizos, nos adentramos en un barrio lleno de casas más o menos uniformes, construidas a base de piedras.




Hay que llegar arriba del todo para ver sus edificios más emblemáticos. Posiblemente el primero al que llegemos y nos llame la atención sea la Torre de las Horas, de planta circular y visible desde muchos puntos de Pals debido a su altura. Se construyó como parte de un antiguo castillo, como torre de homenaje, pero posteriormente se construyó un campanario en lo alto de la misma.



Resistiendo a la tentación de ir hacia la iglesia, que desde allí mismo se ve, vamos a salir de las murallas hacia el mirador anteriormente mencionado. Y es que no sólo se puede admirar el horizonte, si no que la visión que tenemos del pueblo se hace imponente, con la muralla en primera línea y tras ella, la Torre de las Horas y la torre de la iglesia.




Antes de volver a adentrarnos en el casco antiguo bajaremos junto a la muralla, y esta vez sí, llegamos hasta la iglesia de San Pedro. Iglesia originaria del siglo X, la cual combina el románico con el gótico, y como prácticamente cualquier otro edificio de la época, con añadidos de otras épocas y estilos.



Para terminar nuestra visita, nos despediremos con una casa gótica, Ca la Pruna, actualmente reconvertida en Museo de Arqueología submarina.



No puedo terminar sin recomendar callejear por el pueblo sin ningún miedo, ya que se pueden encontrar lugares verdaderamente mágicos, como los aquí mostrados.


 



domingo, 22 de julio de 2012

Ave en "migración".

Me siento como un ave yendo del lugar de invernada al de verano, no sin antes parar a reponer energías. Vuelvo de Barcelona, pasaré un par de días en Madrid para descansar, y a Asturias que me voy de nuevo a admirar lo que siempre admiro: comida, arquitectura, naturaleza, fauna, y estando en verano, algún día de playa.




Siento mucho tener descuidado el blog durante una larga temporada. Aunque antes de marchar espero dejar un regalito y tras mi regreso tendré material de sobra para prácticamente gran parte del otoño.




miércoles, 11 de julio de 2012

Nuestras pequeñas catedrales: Santa María de Urgel.

Como continuación de la anterior entrada, Santa María de Sigüenza, esta vez vamos a ir al Pirineo Catalán. En Seo de Urgel (La Seu d'Urgell) se encuentra uno de los mayores representantes del románico catalán, junto al Monasterio de San Pedro de Roda, las iglesias románicas del Valle del Boí o el Monasterio de Santa María de Ripoll, entre otros.
En el caso de Santa María de Sigüenza hablé del exterior. En este, me detengo en la que me parece la parte más interesante, primero el interior y posteriormente el claustro, desde donde también se consigue una buena perspectiva de la catedral en sí.



La entrada en la catedral, previo pago de 2 euros aproximadamente, se realiza por una de sus puertas laterales. A la izquierda se encuentra un sobrio órgano, a nuestra derecha, el ábside. Este ábside es mucho más sencillo en el interior que en el exterior, pero eso no quita que sea bello. El rosetón y los ventanales que se abren entre sus muros dan luz a la imagen de Santa María de Urgel, presidiendo la catedral en su "trono de sabiduría".



Sin embargo, tanto la nave como el transepto presenta los elementos "decorativos" que faltan en el ábside, en forma de pinturas murales entre las que destaca aquella que está pintada en la tumba del obispo Joan Despés. También nos encontramos en esta parte de la catedral con lápidas, retablos e incluso tallas en los pilares interiores.



Esto último se repite en todos los capiteles del claustro de la catedral, los cuales están realmente bien conservados por lo que se puede ver perfectamente toda su simbología, en general la común en esta época de nuestra historia.




Además, desde el propio claustro también se observan, como dije anteriormente, parte de la estructura externa de la catedral. Destacan sus peculariares torres, dos de ellas de aspecto militar, otras dos, más eclesiásticas, actúan o actuaron como campanarios.




Por último, adyacente a la catedral, se encuentra la pequeña iglesia de San Miguel, que al igual que Santa María de Urgel, es de estilo románico. Tras ello, se puede y se debe realizar una visita a su museo diocesano, donde se recoge gran parte del patrimonio artístico de prácticamente todo el Pirineo Catalán.

Como en la anterior entrada recomiendo que tras visitar esta catedral, y aunque las ofertas turísticas en esta zona sean múltiple, dar un agradable paseo por la naturaleza ya que estamos en los Pirineos.




martes, 10 de julio de 2012

Nuestras pequeñas catedrales: Santa María de Sigüenza.

En España, cuando escuchamos la palabra "catedral" seguramente nos vengan a la cabeza las grandes y bellas como las ubicadas en Santiago, León, Segovia, Toledo, Sevilla o ambas de Barcelona, entre otras muchas pertenecientes a nuestro patrimonio arquitectónico (y artístico).
La sombra de estos grandes monumentos es muy larga y, en ocasiones, tapa a otras catedrales más pequeñas, pero igualmente importantes, con su historia y su belleza. A lo largo de nuestra geografía existen numerosas catedrales dignas de ser visitadas, pero que no tienen tanto nombre.
A las que he ido personalmente, suelen tener un estilo muchísimo menos recargado, aun perteneciendo a épocas donde los detalles eran una de las principales características de su arquitectura.
En un par de entradas os voy a presentar dos pequeñas catedrales pertenecientes a uno de los estilos que más me gustan, el románico. Aunque como en prácticamente cualquier lugar de culto de grandes dimensiones (y pequeñas), o bien presentan añadidos posteriores o se terminó su construcción más tardíamente.

La primera de ellas se encuentra a poco más de hora y media de Madrid. Se trata de Santa María de Sigüenza. En este caso, se construyó a caballo entre el románico y el gótico. Dado que el interior es básicamente posterior al románico, en este caso el tiempo se lo voy a dedicar a la imagen que tenemos desde el exterior.



Entre dos torres de aspecto defensivo se encuentra la primera fachada que seguramente veamos al llegar al casco antiguo. Actualmente se entra a la catedral desde allí, pensando que más que a un lugar dedicado al culto entramos a otro sitio sombrío dedicado a la guerra. Pero nada más lejos de la realidad (dejo que esto lo descubran ustedes).



La otra fachada que se puede observar se encuentra junto a la Plaza Mayor. Bajo un gran rosetón se encuentra un pórtico de estilo neoclásico. Sin embargo, se puede decir que la estructura de mayor importancia de esta fachada es una estilizada torre que servía de atalaya para dar aviso a los soldados del castillo. Esta torre actualemnte sólo está decorada por los agujeros que dejaron las balas de no hace muchos años.



Tras un pasadizo se puede observar la gírola casi, casi al completo. En el caso de esta catedral, las casas aledañas nos impiden ver más del exterior de la catedral.
Pero lo bueno es que el pueblo presenta otros atractivos en forma de edificios emblemáticos, e incluso callejeando aunque se nos haga cuesta arriba.



En la siguiente entrada visitaremos el interior de otra de nuestras pequeñas.

P.D: En principio serán sólo estas dos, pero si a la gente le gusta y veo que se me da más o menos bien, podré dedicarle una entrada a otras pequeñas catedrales.





viernes, 6 de julio de 2012

La familia alalpardeña de cigüeñas blancas (parte II ).

En la primera parte llegaron los padres, incubaron los huevos y vimos cómo cuatro fantásticos pollos de cigüeña se criaban, todo ello en lo alto de la iglesia de Alalpardo.
Tras la sorpresa de ver que en realidad eran cuatro pollos y no tres como pensaba, la situación cambió poco, es decir, los jóvenes seguían ejercitando su musculatura, los padres los protegían ante la llegada de intrusos de su misma especie, y se lanzaban rápidamente a por la comida que llegaba hasta el nido.





Lo bueno de esos aburridos días fue ver a la madre sobrevolar mi casa, lo que más cerca estuvo tras tanto tiempo.



Pero todo cambió en uno de esos días tan calurosos de junio, cuando una de las cigüeñas adultas estuvo bastante tiempo comiendo algo en el interior del nido, mientras que los juveniles ni siquiera miraban. Empecé a sospechar, algo raro estaba pasando allí...



...pero bueno, al principio decidí no hacerle mucho caso. Prefería interesarme y alegrarme observando los progresos de los juveniles en sus clases de inicio al vuelo. Saltaban sobre el propio nido, abrían sus alas, aleteaban un poco y posteriormente las dejaban rectas para caer en el mismo lugar, planeando. También veía cómo el negro de picos y patas iba pasando poco a poco a un color naranja mucho más bonito. En definitiva, estaban creciendo, se me estaban haciendo mayores...




Los días de aprendizaje se fueron sucediendo, siempre al finalizar la tarde. Y tras el arduo ejercicio nada mejor que llenar el estómago con una "sabrosa" y caliente comida.




Otro día, con humo en el horizonte y con toda la familia en el campanario viendo ese triste espectáculo supe definitivamente que uno de los pequeños ya no estaba entre ellos...Es triste saberlo, pero así es la vida para todos, sobre todo para los más débiles.




Pero como siempre, mejor quedarse con las cosas que nos alegran el corazón, con los otros tres pollos que consiguieron salir adelante. Sobre todo con esos momentos de intensas prácticas de vuelo, cuando uno detrás de otro saltaban y aleteaban sobre el nido para aterrizar cuidadosamente después. 


 

Ese día sería el último, el que les dio el aprobado para después ir, poco a poco, abandonando el nido. El primero fue el más torpe, y además no le favorecía para nada el viento de ese día. Así que, prefirió aterrizar sobre una antena para posteriormente desaparecer. La madre ya lo sabía, la hora había llegado y se despedía de su pequeño.




Pero la tristeza de ese mismo día cambió completamente cuando desde mi ventana observaba a una rapaz de gran envergadura y hombros blancos, sobrevolando el arroyo que cruza por mi pueblo.  El águila imperial ibérica, emblema de nuestra fauna, estaba aquí por segunda vez (que yo sepa). Ha sido una verdadera suerte que en menos de cinco días pudiera observar desde mi propia habitación a dos de las grandes amenazadas de nuestra avifauna, el buitre negro y el águila imperial ibérica. Las fotos, de nuevo, no son gran cosa, básicamente testimoniales al estar bastante lejos. Mejor observarlas directamente con los prismáticos.




Siguiendo con nuestras cigüeñas, en los dos días posteriores fueron abandonando el nido. Los padres pueden sentirse orgullosos de haber hecho bien su trabajo, dando tres nuevas criaturas a este mundo.






martes, 3 de julio de 2012

Pájaro en libertad.

Alcaudón común.

 Libre, como si fuera un pajarillo, me encuentro. Ya he terminado el peor periodo de la universidad, los exámenes...
Para que no muriera el blog he ido poniendo, generalmente, material atrasado. Es decir, cosas que tenía pensado publicar, pero que por unas cosas u otras siempre quedaban ahí. Lo siento mucho si en general no ha gustado esto, pero no me quedaba otra.

Ahora, cámara en mano, espero poder ir a diferentes lugares y mostrarlos aquí, tanto de mi comunidad autónoma como de otras (Asturias y tal vez Cataluña). Vamos, como siempre pero nuevo.