martes, 31 de enero de 2012

Santa Eulalia de Selorio.

En una de mis primeras entradas os presenté una de las parroquias maliayas que más me gustan, Amandi.

Aunque ya se ha dejado mostrar anteriormente a través de las fotos de Misiego y el Rebollar, hoy nos vamos a adentrar un poco más en la parroquia de Selorio para ir conociendo sus encantos.
Uno de los puntos más conocidos de esta parroquia se encuentra en Misiego, donde una pequeña casa de cuento vigila la subida y la bajada del agua de la ensenada.



Dando un placentero paseo, con la ensenada y la Canal siempre a nuestro lado, llegamos a la inmensa playa de Rodiles.
Playa flanqueada a un lado por la desembocadura de la propia ría, al otro, por la Punta de Rodiles. Metros y metros de fina arena, metros y metros de huellas que son borradas por el embravecido mar.



Al adentrarnos en la rasa de Selorio una pequeña ermita nos da la bienvenida...



 ...a un mundo totalmente diferente a los anteriormente visto. Grandes extensiones de verdes pastos salpicados por eucaliptales y por pequeñas aldeas, como Santa Mera o Castiello, o la ya conocida el Rebollar, esa que nos regala preciosas panorámicas de la ría.
Y pensar que todo esto está tan cerca del mar, y ni siquiera poder verlo...



Y para descansar, ya en Selorio, nada como la tranquilidad de la pradera que acompaña a la iglesia de Santa Eulalia de Selorio.



viernes, 27 de enero de 2012

Cudillero, puerto pesquero.

Cuando todavía era un chiquillo, mis padres compraron un cuadro al óleo en Sangenjo, Pontevedra. Representa un pueblo situado a 250 kilómetros de allí, en la vecina Asturias.





Ambos comparten una historia similar, villa marinera uno y puerto pesquero el otro, ambos, transformados en pueblos turísticos en la actualidad.



 Cudillero, creciendo desde el propio puerto. Se van escalonando las coloridas casas, peleando entre ellas por ser la más alta. Quizá para no perder de vista el mar, el puerto, su barca.

 




martes, 24 de enero de 2012

Flora.

Hace un par de días, dando un paseo por uno de los pueblos más peculiares de Madrid conseguí ver mi primer madroño (plantado, eso sí), ese arbusto tan simbólico de nuestra comunidad junto al inexistente oso.



Cómo no, utilicé el modo de "macro" de la cámara para fotografiar uno de sus racimos de florecillas. Esto me recordó que tengo otras muchas fotografías de plantas.
Aquí tenemos una pequeña muestra de aquellas que más me han gustado, como esta pequeña florecilla que nos despidió tras el lluvioso día de San Mauricio.



O la del sedoso y gran pétalo de los lirios de agua que decoraban el lateral de una de esas bonitas iglesias asturianas.



Y para continuar con iglesias asturianas, no me puedo olvidar de los tejos de Salas, acompañados por la ermita y el cementerio de este pueblo.



No me puedo olvidar de ese mágico lugar, de ese molino asturiano. Y no es menos para este sitio que esta bonita flor.



Y no, no podía faltar la flor graciosa, esa que se cree un girasol, mirando siempre al cielo azul.



Y para finalizar, el par de lágrimas del abeto que me despidió en las nevadas montañas de Asturias.




miércoles, 18 de enero de 2012

domingo, 15 de enero de 2012

Monasterio de San Pedro de Roda.

Como si de un castillo se tratara, desde las alturas, vigila este antiguo monasterio, San Pedro de Roda.



Desde este punto del cabo de Creus se puede ver cómo el mar se pierde en el horizonte, hasta ser absorbido por el azul del cielo. Pero no sólo eso, ya que también se observa cómo emerge una de las cordilleras más bellas, los Pirineos.



sábado, 14 de enero de 2012

Animales por España.

Hace tiempo comenté que dedicaría una entrada a los caballos y otros animales (no salvajes). Muchos ya conocen de dónde viene mi gusto por ellos, y si le juntamos mi afición a la fotografía, tenemos a un futuro veterinario-fotógrafo.
Me encanta plasmarlos en una imagen, sobre todo si están al aire libre, en una verde pradera o en un pequeño pueblo.

Por ejemplo, me emociono al ver varias frisonas bajo una panera. Algo tan extraño en mis tierras (y no sólo por la panera, claro).



O cuando veo al xatu retozando alegremente junto a su madre.



También me alegré al ver juntos a estos tres amigos, reposando bajo la sombra de los árboles del pirineo catalán.



O a este caballo, absorto con su comida. Ni siquiera se fijaba en la multitud de excursionistas que pasaban a su lado.



Pero las mejores modelos son estas pequeñuelas. Pueden empezar a seguirte hasta la misma puerta del coche...tan atrevidas son a veces.



O también se ponen en la ventana, como si de una abuela cotilla se tratara.



Sin embargo, las mejores fotos siempre son y siempre serán aquellas en la que nuestros compañeros de vida forman parte de un bello paisaje. En este caso podríamos decir que los animales tienen otra función, la decorativa.



Y para el final, no me puedo olvidar de este gracioso caballo. Nos regaló un agradable momento con sus jugueteos, aunque sin olvidar el susto inicial. Ahora siempre que voy a Amandi lo busco, pero nunca está, una pena.
 




martes, 10 de enero de 2012

Cabo de Peñas.

Al norte, el extenso océano.



Y extendiéndose desde este punto, ambas costas asturianas. Costas de pequeñas playas entre profundo acantilados.



domingo, 8 de enero de 2012

Ría de Villaviciosa.

Todavía no ha llegado mi cumpleaños, faltan días. Sin embargo, ya he recibido mi primer regalo. Es de una persona impaciente, pero muy maja ella, pensando que cuanto antes lo tuviera más podría disfrutar de él. La mayoría ya sabréis de quién hablo.



El regalo, totalmente inesperado y a su vez muy detallista y personal, trata sobre temas que verdaderamente me gustan, por no decir que me apasionan. Primero la fotografía, posteriormente la fauna, en especial las aves, y por último, el uso que le da la sociedad al entorno natural en el que vive. Todo ello centrado en un lugar cada día más familiar, la Ría de Villaviciosa.



Además, presenta numerosas fotografías, muchas de ellas de una persona a la que sigo asiduamente, Bernardo Busto.


 
Espero que este libro me ayude a descubrir algunas de las múltiples caras de este peculiar entorno. Espacio natural que nos premia con una vista diferente a cada paso que damos, que nos obliga a preguntarnos si aquel molino o aquella casa son más bonitas en este lugar o en el que estuvimos anteriormente.

Desde Misiego.

Si las lanchas están tristes flotando en el mar de tierra.

Misma lancha que en la fotografía del libro (Misiego).

Si el reflejo es más colorido al amanecer, durante el día o al atardecer.

Desde El Puntal.

Y la pregunta que siempre me hago, "si de aquí arriba se verá más bella". De momento, ha sido este lugar el que mejores vistas me ha dado.

Desde El Rebollal.

Pero...quién pudiera volar.



 
Y como si de la ría se tratara, esto ha llegado a su fin.
 
Pasarela de Rodiles.





viernes, 6 de enero de 2012

Vistas hacia España.

Hace ahora un año, a esta misma hora, estaba echando un vistazo a España desde Hendaya. Qué recuerdos, y qué contraste entre países vecinos.




jueves, 5 de enero de 2012

Campo del Moro.

 Tras varias entradas de múltiples lugares, como Toledo, Cataluña o Asturias, ha llegado el momento de dedicarle la primera a mi comunidad, Madrid.




Cerca, muy cerca del ajetreado centro de la ciudad se encuentra uno de sus parques más conocidos. Sin embargo, siempre que he estado allí he tenido la misma sensación, la de tranquilidad y soledad. Seguramente se deba a que muy pocas personas se adentran en él, que lo visiten al completo y quieran disfrutar de la misma sensación que yo.




Ello, acompañado del cuidado de sus jardines, los senderos ocultos por su bosque o las estatuas diseminadas, hacen de éste lugar uno de los más especiales de Madrid.



Además, no hay que olvidar que desde este parque se puede disfrutar de unas maravillosas vistas del Palacio Real.


martes, 3 de enero de 2012

Lago de San Mauricio.

Tras visitar dos pequeños pueblos, primero el legendario Bellver y posteriormente el recóndito  Os de Civis nos vamos a adentrar en uno de los parajes más espectaculares de España, el Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio.




Seguramente sea una de las rutas más conocidas y turísticas de todo el Pirineo catalán, por su belleza y facilidad. Aquella que va siguiendo el Valle de Espot hasta llegar al lago de San Mauricio. Quizás esto no nos permita disfrutar plenamente de la naturaleza, del paisaje o de la fauna, pero sí consigue otras muchas cosas.


 



Ver cómo los niños, junto a sus padres, avanzan para llegar a su destino. Ver cómo el saludo o la charla es algo normal entre excursionistas. Ver esa sonrisa y sentimiento de admiración en toda persona que llega hasta el lago.
Al fin y al cabo, ver cómo en esta sociedad aún hay gente que disfruta de la naturaleza.






Sin embargo, desde este punto se puede seguir avanzando, por otros senderos menos frecuentados hasta subir a las múltiples lagunas de este parque. Quise seguir uno de ellos, llegar más allá, para disfrutar de la naturaleza en soledad.
Pero la repentina lluvia lo impidió. Tal vez no quiso que continuara por sus senderos, tal vez quiere que vuelva en otro momento para gozar planamente de la montaña.